sábado, 20 de marzo de 2010

Libertad


Tomasa llora. Y grita que aquella madre se ahorcó una tarde de noviembre, en el retrete de la cárcel de Olivenza. Antes le había contado que en Castuera fusilaron al alcalde de Zafra, don José González Barrero se llamaba. Lo fusilaron un mes después de acabar la guerra. Y lo enterraron boca abajo, para que no saliera. Contar la historia. Sobrevivir a la locura. Recordar a don José, paseando con su esposa por la calle Sevilla. Era verano. Era la caída de la tarde. Y era la República. Su nuera iba vestida de blanco, como ama de cría. En Zafra. Y era la primera vez que Tomasa y su nuera veían de cerca a un alcalde:

- Mire, señora Tomasa, el alcalde. Ése es el alcalde.

Don José. Se llamaba don José. Llevaba a su mujer del brazo, y un sombrero panamá. Atardecía. Don José iba con un traje de lino, y con su esposa del brazo. Tenían una hija que se llamaba Libertad.

Dulce Chacón, La Voz Dormida.

lunes, 22 de febrero de 2010

Tal como somos.

Los hombres odian ser mentalmente fuertes y físicamente débiles. El hecho de que debamos destruir este planeta a la vez que a nosotros mismos no nos llena de alegría. En cambio admiramos a los atletas y a las personas que ejercen la violencia física, y odiamos a los intelectuales. Un puñado de gilipollas lanzan un cohete a la puñetera luna y, ¿a quién mandan? A un tipo rubio llamado Armstong, incapaz de decir lo que debía al alunizar.

Es una extraña maldición, cuando uno se pone a pensarlo. Estamos hechos para el pensamiento y la civilización, más que cualquier otro bicho viviente que conozcamos. Y en el fondo, sólo queremos ser asesinos.


Burlando a la Parca, Josh Bazell

jueves, 11 de febrero de 2010

Estrellas

- Las gentes tienen estrellas que no son las mismas. Para unos, los que viajan, las estrellas son guías. Para otros, no son más que lucecitas. Para otros, que son sabios, son problemas. Para mi hombre de negocios, eran oro. Pero todas esas estrellas no hablan. Tú tendrás esas estrellas como nadie las ha tenido.

- ¿Qué quieres decir?

- Cuando mires al cielo, por la noche, como yo habitaré en una de ellas, como yo reiré en una de ellas, será para tí como si rieran todas las estrellas. ¡Tú tendrás estrellas que saben reír!

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Qué mejor manera de inaugurar este espacio que con un fragmento del libro que tanto me ha marcado...

Bienvenidos a este nuevo viaje, espero que disfruteis de él.